He recibido varias llamadas para manifestar sus quejas de algunas comunidades que no fueron tomadas en cuenta en el primer colmo.
Me llamó Parra para decirme que ella tiene su famosa boca de Parra para comer Auyama y que además la utiliza para Comer Dulce. El Naranjal me decía que con la naranja se hace un riquísimo jugo; pero la llamada más descabellada (calva) la hizo Nizao para preguntarme que si yo había Auyama con pollo Nizao.
Ahora le diré que por estar evadiendo pasar por el Montazo me quedé envuelto con el Bejucal y cuando creí estar libre, salí por la Angostura de el Canal hasta lograr ocultarme en un Rincón del Pino, luego salí con San Rafael en una mano y San Luis en la otra, mientras escuchaba la suplica de San Antonio para que no olvidara pasar por la Hermita para que los Macos no se reían de mí. Pero no pude más, porque al pasar por la Matica, me derrumbé en los pies de Mahoma y ahí salió Mahoma ha decirme que si hubiera tomado el camino de la Barra llegaba directamente a La Ciénaga y así evitaría deslizarme por el firme de el Rosalito para que llegara a bañarme a un Arroyo tan dulce como la Caña.
También me llamó los Ranchitos para decirme que era más Arroyo Bonito caminar con un pequeño encima que con un rancho grande arriba.
También me llamó El Pinar que tiene un hijo llamado Rancho Francisco que es tan bueno como otro rancho o como el perico y la Paloma.
Ahora tengo que irme a Las Carreras antes que me agarren en los Tramojos y me rompan los Corozos.
Lic. Digno Casado